Zonas de subducción, relación entre terremotos y terremotos lentos, fueron parte de los temas que abordó el director del Departamento de Geofísica e investigador del Proyecto Anillo INSUD, Sergio Ruiz en el conversatorio, “¿Cuánto sabemos sobre los sismos de subducción? Los terremotos en Chile y sus sorpresas”.
En la actividad organizada por la Escuela de Postgrado y Educación Continua de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM), el académico del DGF e investigador de INSUD se refirió a las condiciones tectónicas en las cuales se encuentra Chile, “entre dos placas en constante movimiento y una placa como Nazca, que avanza todo el tiempo hacia Sudamérica, a una velocidad de seis centímetros por año”.
El investigador del Proyecto Anillo INSUD, Sergio Ruiz, añadió que la subducción o avance de una placa bajo otra placa, provoca que la placa de Nazca y la Sudamericana “se traben, destraben y gatillen movimientos sísmicos, en una dinámica acentuada por rugosidad y deformaciones acumuladas que puede llegar a levantar columnas de agua y generar tsunamis que, como ustedes saben, pueden ser devastadores”, afirmó el académico del DGF.
“Cuando uno mira la historia, se da cuenta de que esto ha ocurrido desde siempre en nuestro país y que, terremoto tras terremoto, la placa Sudamericana se ha ido destrabando en forma paulatina”, comentó el profesor Sergio Ruiz, quien puso como ejemplo el terremoto del Maule, en 2010, tras el cual la placa Sudamérica se desplazó en promedio 10 metros hacia el Oeste.
A continuación, planteó que un terremoto también puede tener influencia sobre otro, tal como ocurrió con el terremoto del Maule de 2010 y el de Illapel, de 2015, aunque la distancia entre sus epicentros haya sido de más de 500 kilómetros. “Lo que ocurrió fue que, tras el terremoto de 2010, la placa Sudamericana se fue acomodando y avanzó de tal forma que generó una tensión en la zona de Illapel”, explicó el investigador del Proyecto Anillo INSUD.
Con respecto a los terremotos lentos o silenciosos, el académico del DGF explicó que son movimientos sísmicos que ocurren, sin que nos demos cuenta. “En ocasiones, los contactos entre placas provocan un desplazamiento suave y que, en algunos casos, gatilla un movimiento rápido que causa un terremoto”, aclaró el profesor Ruiz, quien precisó que este tipo de actividad se ha detectado con tecnología GPS (Global Positioning System, GPS), al estudiar sismos como el terremoto de Iquique, en 2014, y el de Valparaíso, en 2017.
En relación con la constante actividad sísmica registrada en el norte de Chile en las últimas semanas, el profesor Sergio Ruiz sostuvo que no se trata de algo anormal. “En promedio, en Chile ocurren alrededor de 20 sismos de magnitud (M) 6.0 o más durante el año, por lo que lo más probable es que los movimientos de M7.0 y M6,4 registrados en Huasco y Tongoy y sus correspondientes réplicas sean parte de esta actividad habitual”, ratificó.
Acerca de la actividad sísmica constante en zonas como el pueblo de Socaire, en el norte de Chile, el académico del DGF mencionó que la profundidad de estos movimientos sísmicos podría estar relacionada con un proceso de cambio de fase de los materiales en el interior de la Tierra o con la presencia de fluidos arrastrados desde el océano por la placa de Nazca, que están intentando salir a la superficie.
“En Sismología aún tenemos una serie de preguntas sin responder. Esto demuestra que necesitamos que cada vez más personas se motiven a estudiar Geofísica. Solo así sumaremos capacidades para entregar respuestas cada vez más certeras ante los fenómenos naturales que ocurren en nuestro país”, manifestó el director del DGF.
El conversatorio, “¿Cuánto sabemos sobre los sismos de subducción?”, fue realizado en modalidad a distancia, como parte del ciclo, “Conversatorios en Beauchef 2020”, instancia en la cual participaron el director de la Escuela de Postgrado, Gabriel Easton, como anfitrión; y la subdirectora académica, María Elena Lienqueo, junto a la encargada de vinculación con el medio, Alejandra Ávila, como moderadoras.
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